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El rojo fue el primer color que el hombre dominó en la sociedad occidental, tanto en la pintura como en la coloración. Probablemente por eso fue durante mucho tiempo el color «por excelencia», el más rico desde el punto de vista material, social, artístico, onírico y simbólico. Admirado por griegos y romanos, el rojo era símbolo de poder; riqueza y majestuosidad en la Antigüedad. En la Edad Media adquirió una fuerte dimensión religiosa, evocando tanto la sangre de Cristo como las llamas del infierno. Pero era también, en el mundo profano, el color del amor, la gloria y la belleza, así como el del orgullo, la violencia y la lujuria. En el siglo XVI, la moral protestante entró en guerra contra el rojo, en el que veían un color indecente e inmoral, ligado a las vanidades del mundo y a la “teatralidad papista”. A partir de entonces, en toda Europa, tanto en la cultura material como en la vida cotidiana, el rojo entró en declive. Este ocaso atraviesa toda la era moderna y contemporánea y se acentúa con el paso del tiempo, aunque adquiere nuevos simbolismos y significados, sobre todo a nivel ideológico. Esta edición aporta la representación de distintas tonalidades de rojo para acompañar la lectura fascinante de la historia de este color.