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Desde el amanecer de los tiempos, guerreros inmortales han venido sintiendo la necesidad de combatir entre ellos y tratar de decapitar a sus oponentes. Solo al separarse la cabeza del cuerpo los inmortales pueden encontrarse con la destrucción. MacLeod, un guerrero escocés del siglo XVI es uno de los pocos que ha conseguido sobrevivir a lo largo de los siglos. Espada contra espada, los inmortales se han visto atraídos hacia Nueva York para batirse en el Duelo Final y cortarse las cabezas. Entre ellos, uno de los más antiguos, el gigantesco Kurgan, un caballero negro que lleva arrastrándose por la tierra más de 2000 años y ha desarrollado un retorcido sentido del humor y un desprecio asesino hacia inmortales y humanos. Los días se hacen cortos. El Duelo Final está al alcance de la mano. Se cortarán cabezas. Lloverán relámpagos. Solo puede quedar uno.